Día 10

4400 hormigas caminaban por las laderas del sur. Iban en columna, manteniendo su estructura de marcha, ya que debían llegar a las 0600 a la entrada de la fosa.
De repente, el cielo se nubló y comenzaron a apresurar el paso. Desesperadas, las más jóvenes rompieron fila para tratar de ubicar algún lugar para refugiarse; las veteranas siguieron el paso: si seguían el camino, había una posibilidad de salvarse.
La tierra empezó a temblar y el dios se presentó con toda su magnificencia. Trataron de no mirarlo, como una forma de no llamar su atención. Pero ahí estaba. Su pie descendió implacable y aplastó un regimiento. Cuerpos aplastados, miembros desparramados, pedazos de colas negras... Las bendecidas se desbocaron en una carrera frenética y terminaron exhaustas bajo tierra agradeciendo la bondad divina.